La comida nos alimenta, nos da energía, nos inspira y muchas veces nos sorprende. Aquí te dejamos algunas curiosidades sobre comida que probablemente desconocías.
Cacahuete: ingrediente explosivo
El cacahuate tiene muchos beneficios y propiedades, pero ¿sabías que es uno de los ingredientes de la dinamita? Esto se debe a que tiene un aceite que es procesado para obtener glicerol: uno de los elementos base de la nitroglicerina.
Las zanahorias eran moradas
Aunque en la actualidad al pensar en zanahorias las imaginamos naranjas, originalmente eran de color morado o blanco. Sin embargo, sufrieron mutaciones que dieron lugar a las zanahorias con tonalidad naranja que ahora conocemos.
El Ketchup, ¿una medicina?
Alrededor de 1830 el Ketchup era vendida como medicina. Esta salsa se ofrecía bajo el nombre de Dr. Miles Compound Extract of Tomato y aseguraban que era capaz de curarlo todo. Por supuesto se trataba de un truco de mercadotecnia y pronto fue desmentido.
La miel no caduca
La miel es el único alimento que no caduca ya que debido a su poca humedad y nivel de acidez, no permite la supervivencia de microorganismos; por lo que no se echa a perder. Aunque cambie un poco de tonalidad o se generen cristales, es seguro consumirla -siempre y cuando no le agregues agua-. ¡En la tumba de Tutankamón se encontraron vasijas con miel conservada después de 3000 años!
KFC navideño
Desde hace algunos años en Japón se ha convertido en tradición que para la cena navideña se coma pollo Kentucky. Es tal el deseo de cenar este pollo frito para navidad, que hay listas de espera y reservas con meses de antelación para asegurarse de que esté presente en la mesa.
Fobias asociadas a la comida
Existen fobias peculiares asociadas a la comida. Tal como la lacanofobia, que es el miedo irracional a los vegetales; la mageirocofobia, que es el miedo a cocinar o la araquibutirofobia, el miedo a que la mantequilla de cacahuete se pegue en el paladar, que generalmente tiene que ver con un temor a asfixiarse. Estas fobias, sobre todo las dos primeras, pueden tener como consecuencia que la persona tenga una mala alimentación, por lo que resulta necesario buscar un tratamiento psicológico.